17 de mayo de 2021
La guía de Celaá para el próximo curso: más alumnos por aula, mascarillas y recreos sin ‘burbujas’
El Gobierno quiere una vuelta al colegio donde todos los alumnos vayan a clase con mascarilla, continúen las distancias de seguridad -aunque más reducidas- y sigan las agrupaciones en burbujas. «La dimensión mundial de la pandemia hace necesario mantener un escenario de prudencia», advierte. Pero también es partidario de subir el número de alumnos por aula y de que vuelvan las competiciones de baloncesto, las funciones de Navidad o esos recreos de antes del Covid-19 donde todos los niños jugaban juntos.
Son algunos de los cambios para el curso 2020/21 recogidos en el borrador que el Gobierno presentó ayer a las autonomías en la Comisión de Salud Pública y que hoy se analizará en la Comisión de Educación. El documento definitivo se aprobará el miércoles en la Conferencia Sectorial de Educación.
MASCARILLAS
Las ministras de Sanidad y Educación, Carolina Darias e Isabel Celaá, apuestan, como este curso, por un uso obligatorio constante de las mascarillas a partir de los seis años, tanto en interior como en exterior y aunque los niños formen burbujas. También se recomiendan para los alumnos de tres a cinco años en el autobús escolar.
SUBE LA RATIO
Para Infantil y Primaria la propuesta es mantener los grupos estables de convivencia o burbujas, formados por un número limitado de alumnos -y el tutor- que no interactúan con otros grupos. En Primaria tendrán un máximo de 25 niños, cinco más que lo establecido para este curso. Esta subida de ratio supone volver a la era prepandémica.
DISMINUYE LA DISTANCIA
En la ESO y Bachillerato no hay burbujas, pero los alumnos tienen que mantener en el aula una distancia que ahora es de 1,5 metros, pero se pretende bajar a 1,2 metros, lo que permitirá que entren más estudiantes por aula. «En España tenemos la experiencia del curso 2020/21, en el que con una distancia de 1,5 metros se ha mantenido un 99% de las aulas sin cuarentenar», dice el borrador. Para 2021/22 ya no se contemplan mamparas ni paneles separadores.
LOS TURNOS SON «NEGATIVOS»
Celaá admite por primera vez que el sistema de turnos a partir de 3º de la ESO que se sigue ahora tiene un «impacto negativo» tanto en los resultados como en la «situación emocional» de los alumnos y apuesta por buscar la «máxima presencialidad». Pero permite la semipresencialidad si la situación empeora y hay que pasar a los niveles de alerta 3 y 4 y no se puede recurrir a otras alternativas, como dar clase al aire libre. En el caso de que esto ocurra, recomienda hacer dos turnos el mismo día (tres horas a primera hora la mitad del grupo y tres horas a mitad de la mañana la otra mitad del grupo) Los de 2º de Bachillerato, como preparan la Selectividad, tienen prioridad…
Vuelta presencial a las aulas en el 2021-22: grupos burbuja, mascarilla y menos distancia
Es la propuesta de medidas frente a la Covid-19 en el curso 2021-22 que los ministerios de Sanidad y Educación han enviado a las comunidades, un borrador que se analizará esta tarde en la Comisión de Salud Pública y mañana en la Comisión de Educación, por tanto está sujeto a cambios, han explicado a Efe fuentes de la cartera de Isabel Celaá. La propuesta final se aprobará el día 19 en una reunión sectorial entre las CCAA, Sanidad y Educación.
Según este texto, las clases presenciales se garantizarán en las regiones con bajo riesgo de transmisión, es decir, el nivel 1 y 2 (el primero por debajo de 50 contagios por 100.000 habitantes y el segundo de 50 a 150). Las comunidades que se encuentren en el nivel de alerta 3 (de 150 a 250 casos por 100.000 habitantes) y nivel 4 (más de 250 casos), se podría pasar a la semipresencialidad sólo a partir de 3º de la ESO y de manera “excepcional”. Además de la mascarilla obligatoria a partir de los 6 años, continuará siendo preferente la ventilación cruzada y los grupos “burbuja” hasta los 12 años.
Una de las novedades de la propuesta ministerial es la posibilidad de reducir la distancia de seguridad de 1,5 metros a 1,2 en las aulas de Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas Oficiales de Idiomas. Precisamente, la ministra de Educación, Isabel Celaá, ha apostado este jueves por la vuelta a las clases presenciales porque ha razonado que las ventajas son “muy superiores a cualquier riesgo o eventualidad”, durante un debate de la OEI.
En Infantil, los grupos de convivencia estable, llamados también “burbuja”, estarán formados por un máximo de 20 niños junto al tutor, y se les permitirá interactuar entre grupos de un mismo curso sobre todo en actividades al aire libre (recreos, actividades deportivas, proyectos…), de acuerdo siempre con la propuesta. En Primaria, estos grupos de convivencia podrán ser de hasta 25 escolares.
En las aulas de Secundaria se podrá reducir la distancia de 1,5 a 1,2 metros para garantizar la presencialidad; en 1º y 2º de la ESO se plantea una opción estable para los dos escenarios; en 3º y 4º de la ESO, en los niveles de alerta 3 y 4, se sugiere elevar la distancia a mínimo 1,5 metros u optar por las clases al aire libre.
En Bachillerato también se podrá rebajar la distancia en el aula a 1,2 metros y si hay un nivel alto de riesgo de contagio se plantean tres alternativas: optar por las clases al aire libre, aumentar la distancia interpersonal a mínimo 1,5 metros o, de manera excepcional, si no es posible garantizar la presencialidad con las dos opciones anteriores, se pasaría a semipresencialidad. En el caso de la FP rige la misma propuesta de la distancia que en Bachillerato, tanto en sus aulas ordinarias como en las actividades que se desarrollen en espacios singulares, como talleres, laboratorios o naves.
Sindicatos piden más docentes y justificar la reducción de distancia en aulas
La respuesra de los sindicatos no se ha hecho esperar. CSIF ha exigido al Gobierno los criterios científicos que justifican la reducción de la distancia en las clases y CCOO le ha pedido contratar más profesores. CSIF reclama mantener los refuerzos Covid y aclarar la vacunación del colectivo, con docentes aún sin vacunar y otros pendientes de la segunda dosis, así como explicar los criterios científicos que “justifican las medidas de seguridad e higiene anunciadas, como la de reducir las distancias en las aulas”. En opinión de este sindicato, “no es razonable reducir la distancia de seguridad en las aulas de 1,5 a 1,2 metros, como propone ahora el Gobierno ahora para el próximo curso. Reclamamos que se mantenga este requisito que permite también reducir las ratios de alumnado por clase y supone un incremento del número de profesores”.
Los adolescentes que leen en papel mejoran su comprensión frente a quienes lo hacen en pantalla
Leer en papel permite un mejor rendimiento en esa actividad que hacerlo en una pantalla, según un informe elaborado por la OCDE, organismo que agrupa a los 37 países a los que asesora sobre políticas públicas. Al comparar el rendimiento de los estudiantes que aseguraron que “casi nunca” o “nunca” leen libros con los que afirmaron que sí lo hacen, estos segundos obtuvieron mejores resultados. Pero hubo otra diferencia significativa, relacionada con el formato de lectura: los que escogieron el papel frente a lo digital salieron ganando. Este estudio ha sido elaborado a partir de los datos del informe PISA 2018, destinado a medir la competencia de los alumnos de 15 años en matemáticas, ciencias y comprensión lectora. En esta última prueba, los alumnos españoles de secundaria rindieron menos en lectura que los de otros países de su entorno: obtuvieron en esta última prueba 477 puntos, frente a los 487 de media de los 37 países.
Ese resultado se dio a conocer el pasado julio, y ahora el nuevo informe de la OCDE ha revelado que los estudiantes españoles lectores de libros en papel obtuvieron 46 puntos más que los que “casi nunca” o “nunca” leen libros (en el global de la OCDE, la diferencia promedio fue de 49 puntos) en la prueba general de lectura, mientras que los que solo leen libros digitales alcanzaron 26 puntos más (15, en la OCDE). Los que combinaron ambos formatos, 44 puntos más (37, en la OCDE). Además, los estudiantes que tuvieron que leer textos más extensos para elaborar sus deberes (101 páginas o más) lograron 31 puntos más en la prueba de lectura que los que dijeron leer textos más cortos (10 páginas o menos). ¿Cómo se explica que la lectura en papel conduzca a una mejor comprensión lectora?
Desde principios del año 2000 se han elaborado diversos estudios internacionales para comparar los efectos en la comprensión lectora de los formatos digital y papel. Una de las conclusiones principales indica que el papel suele ir asociado a una mejor comprensión, sobre todo cuando se trata de textos informativos y expositivos. Pablo Delgado, investigador en lectura digital de la Universidad de Valencia, explica: “A diferencia del narrativo, el texto expositivo se aleja más del lenguaje cotidiano, presenta más tecnicismos, mayor densidad y más inferencias entre diferentes ideas, y por ello requiere un mayor grado de concentración que se consigue en mayor medida con el papel”. Delgado es autor del estudio Don’t throw away your printed books (en español, “no te deshagas de tus libros en papel”), un análisis en el que revisó más de 40 investigaciones al respecto que coincidían en ese punto.
Antonio Cabrales: «Si un profesor se sale de la rutina los padres se le echan encima»
El catedrático de Economía y asesor del Gobierno en el grupo ‘España 2050’ para la era postcovid dice que «tenemos un 40% menos de alumnos excelentes que la media de la OCDE»
El Gobierno presentará el próximo jueves el informe España 2050, con propuestas de 100 expertos para salir de la crisis del Covid-19. Antonio Cabrales Goitia, catedrático de Economía de la Universidad Carlos III y catedrático en excedencia de University College London (donde fue director de departamento), ha participado en la elaboración de este documento dentro del grupo sobre recualificación de los trabajadores.
Cabrales denuncia es que en los institutos «tenemos un 40% menos de alumnos excelentes que la media de la OCDE» porque «el sistema es muy rutinario» y no anima a los jóvenes a «enfrentarse a situaciones que no se han visto antes». «Cuando un profesor intenta hacerlo, los padres se le echan encima». Eso provoca, en su opinión, que luego lleguen pocos estudiantes brillantes a la educación superior. «Faltan universitarios de élite y profesores que compitan a nivel mundial».
¿Qué se ha propuesto en España 2050 sobre recualificación?
Se ha hablado sobre FP Dual, formación de los desempleados y la formación a lo largo de toda la vida; es decir, hay que ser conscientes de que vamos a un mundo en el que no podemos ir cuatro o cinco años a la universidad y se acabó. Es muy importante la formación permanente y las propias universidades pueden tener una tarea en ello que ahora no están haciendo.
Tras pasar por University College London, ¿cómo ve a los estudiantes españoles comparados con los del sistema inglés?
Los alumnos allí tienen más iniciativa y una actitud de no conformarse con replicar cosas para el examen, sino que quieren llevarlo a la práctica. Montan empresas, diseñan proyectos, y hacen investigación. Van mucho más allá de lo que se da en clase. Aquí el problema viene de antes, porque tenemos muy pocos estudiantes excelentes a los 15 años, según PISA. Son un 40% menos que la media de la OCDE. Y esos son los que después serán los buenos en la universidad.
19 de mayo de 2021
Los expertos reclaman una nueva Ley que desregule la Universidad española
Se avecina un giro histórico para la Universidad española. El nuevo rumbo legislativo que prepara el ministro de Universidades, Manuel Castells, con la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) anunciada para otoño, aborda el desafío de mejorar la desfasada Lomlou de 2007, y marcar el paso de la excelencia en el cambiante panorama universitario.
A la espera de que este proyecto tome forma entre continuos vaivenes del Ejecutivo, la comunidad educativa pone el foco en la necesidad de una mayor flexibilidad legislativa de las universidades como principal motor de cambio. Así lo expusieron de manera coincidente los participantes que asistieron a la mesa redonda Hacia una nueva Ley de Universidades en España, en el marco del foro universitario organizado por EL MUNDO. Moderada por la redactora del periódico especializada en educación, Olga R. Sanmartín, esta charla sirvió para dejar patente que el éxito de esta reforma pasa por que la nueva hoja de ruta contemple una autonomía de la Universidad mucho más acentuada que la que se ha barajado hasta hoy.
Domingo Docampo, experto en rankings universitarios y ex rector de la Universidad de Vigo, lo explicaba así: «Si nos fijamos en el ranking de Shanghái, somos el país de los que aportan más de un 1% al PIB mundial que más presencia de universidades tiene (40 en total) respecto a su riqueza. Pero hay países con universidades sobresalientes, y ahí es donde hay que ver que con la Ley no se arregla esto». A su juicio, la norma «debería ser emancipadora y facilitadora, y ahora mismo tenemos una autonomía muy encorsetada».
En esa línea, el rector de la Universidad Complutense de Madrid, Joaquín Goyache, manifestó la necesidad de «desregularizar». El problema, matizó, es que «a veces se hace sin consultar a universidades y universitarios y se pone en el debate la agilidad» de la institución cuando la realidad es su excesiva dependencia de organismos. Por ejemplo, «desde que se propone un título hasta que sale son casi dos años, y ahí ya nos adelantan en otros países», aseveró.
Por eso incidió en que la norma debe permitir que «cada universidad desarrolle su entorno y su especialización» con especial atención a que no se cometan irregularidades. Eso sí, para él la gobernanza no es el gran problema, sino la financiación y la atracción de talento: «Es difícil captar a un gran investigador o gestor con un complemento mensual de 1.500 euros brutos, un tercio de lo que podría cobrar fuera«.
Varias autonomías apuestan por consolidar la reducción de alumnos por aula frente a la subida de ratios de Celaá
Todos los sindicatos de profesores rechazan la intención de la ministra de Educación, Isabel Celaá, de subir el número máximo de alumnos por aula el próximo curso. Consideran que el Gobierno ha decidido de forma unilateral esta medida sin haberse superado la pandemia y sin que haya criterios científicos que justifiquen el cambio. En las CCAA no hay una postura unánime, pero Madrid, Cataluña, Andalucía, Aragón, Extremadura o La Rioja planean consolidar en los próximos años una reducción de las ratios.
La idea de Celaá, que se debatirá mañana con las autonomías en la Conferencia Sectorial de Educación, es pasar del tope que hay ahora de 20 alumnos por grupo burbuja en los dos primeros cursos de Primaria a un máximo de 25 estudiantes en toda la etapa para el próximo curso.
En la ESO y Bachillerato también quiere reducir las distancias entre pupitres (de 1,5 a 1,2 metros) para que quepan más adolescentes en la clase, pero no ha fijado ratios. Las CCAA podrán decidirlas en función del tamaño de las aulas y de los espacios disponibles, siempre teniendo en cuenta que el objetivo es la máxima presencialidad.
El viernes, en una reunión para preparar la Sectorial de mañana, varias CCAA pidieron al Gobierno que les deje hacer y elimine del protocolo cualquier alusión a la ratio, para que no haya topes máximos.
Anoche, el Ministerio envió a las CCAA una nueva versión del protocolo sin esa mención explícita, aunque en un pie de página remite a la normativa vigente, de 2010, que sigue hablando de 25 alumnos por aula. El nuevo borrador, al que ha tenido acceso EL MUNDO, permite ahora que en 5º y 6º de Primaria puedan sustituirse las burbujas por una distancia de 1,2 metros, como en Secundaria.
Todos los sindicatos de profesores rechazan la intención de la ministra de Educación, Isabel Celaá, de subir el número máximo de alumnos por aula el próximo curso. Consideran que el Gobierno ha decidido de forma unilateral esta medida sin haberse superado la pandemia y sin que haya criterios científicos que justifiquen el cambio. En las CCAA no hay una postura unánime, pero Madrid, Cataluña, Andalucía, Aragón, Extremadura o La Rioja planean consolidar en los próximos años una reducción de las ratios.
La idea de Celaá, que se debatirá mañana con las autonomías en la Conferencia Sectorial de Educación, es pasar del tope que hay ahora de 20 alumnos por grupo burbuja en los dos primeros cursos de Primaria a un máximo de 25 estudiantes en toda la etapa para el próximo curso.
En la ESO y Bachillerato también quiere reducir las distancias entre pupitres (de 1,5 a 1,2 metros) para que quepan más adolescentes en la clase, pero no ha fijado ratios. Las CCAA podrán decidirlas en función del tamaño de las aulas y de los espacios disponibles, siempre teniendo en cuenta que el objetivo es la máxima presencialidad.
El viernes, en una reunión para preparar la Sectorial de mañana, varias CCAA pidieron al Gobierno que les deje hacer y elimine del protocolo cualquier alusión a la ratio, para que no haya topes máximos.
Anoche, el Ministerio envió a las CCAA una nueva versión del protocolo sin esa mención explícita, aunque en un pie de página remite a la normativa vigente, de 2010, que sigue hablando de 25 alumnos por aula. El nuevo borrador, al que ha tenido acceso EL MUNDO, permite ahora que en 5º y 6º de Primaria puedan sustituirse las burbujas por una distancia de 1,2 metros, como en Secundaria.
La Comunidad de Madrid inicia una formación sobre el fenómeno del terrorismo
La Comunidad de Madrid inició, el pasado 10 de mayo, el curso Pedagogía del Terrorismo y Memoria Democrática en el Centro Regional de Innovación y Formación “Las Acacias”. Esta formación dirigida a profesores de Secundaria y Bachillerato persigue que los jóvenes conozcan la historia del fenómeno del terrorismo en España, junto a testimonios, en las aulas, de algunas de sus víctimas.
Tal y como explicó a MAGISTERIO la Consejería de Educación de la región, la duración del curso es de diez horas presenciales distribuidas en tres tardes. A su vez, esta actividad formativa se divide en tres bloques. El primero de ellos, El terrorismo internacional en el mundo contemporáneo. El terrorismo en España, será impartido por Florencio Domínguez, director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, y por Raúl López, doctor en Historia y autor de varios libros sobre el terrorismo.
En segundo lugar, Cristina Cuesta, coach educativa y directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco, se encargará del segundo bloque Víctimas del Terrorismo y Derechos Humanos. La memoria como prevención del extremismo violento. Finalmente, del bloque Las diez cosas que los profesores deberían saber sobre Psicología y Terrorismo, se ocupará María Paz García-Vera, psicóloga clínica y directora del Grupo Internacional sobre Terrorismo y Construcción de la Paz.
De esta manera, además de profundizar en este fenómeno y sus graves consecuencias, se dotará a los docentes de recursos pedagógicos que fomenten el proceso de enseñanza-aprendizaje. “En el primer bloque, por ejemplo, se les ha otorgado a los profesores material relacionado con el terrorismo y con la violencia. Son siete unidades didácticas, con guía editada, que están destinadas al alumnado para trabajar en diferentes asignaturas”, expresaron.
Igualmente, también se ofrece a los docentes materiales online, referencias bibliográficas para temas de interés relacionados con el bloque y documentales o videos.
En el acto de inauguración, el consejero de Justicia, Interior y Víctimas en funciones, Enrique López, declaró que esta iniciativa es un gran acierto. “Es esencial dar a conocer a los alumnos las consecuencias de estas acciones, así como mantener entre los más jóvenes la memoria democrática del dolor de quienes han sufrido la estéril y horrible violencia del terrorismo”.
Siete de cada diez colegios están preparados para enseñar mediante una plataforma digital
La consejera de Educación, Rocío Lucas, ha defendido este martes el compromiso y buen hacer de la comunidad educativa durante toda la pandemia para garantizar una enseñanza de calidad a los alumnos a pesar de las dificultades. “El sistema ha sabido estar a la altura y reaccionar a los imprevistos que trajo la covid”, apunta la consejera, mientras se apoya en el informe Cotec en el que se revela que siete de cada diez centros educativos de la Comunidad están preparados para afrontar la enseñanza a través de una plataforma digital.
Lucas se expresaba de esta forma en la inauguración de la jornada telemática TICyL’21, donde aseguraba, contundente, que la innovación y el compromiso, profesionalidad y competencia de los docentes son la clave para avanzar en la calidad de la metodología de enseñanza y hacia la excelencia educativa. Además, apostaba por avanzar en la formación digital para que sea un medio natural en los procesos de formación y aprendizaje, tan natural como la enseñanza tradicional.
La consejera recordaba que el sistema educativo de Castilla y León apostó hace tiempo por las nuevas tecnologías, lo que, en su opinión, requiere de un trabajo continuo de mejora e inversión para alcanzar estándares de calidad “muy altos”. En este sentido, citaba la digitalización de las aulas con el equipamiento adecuado (equipo de sobremesa, convertibles, tablets, paneles digitales y préstamo de equipos a los alumnos o con ayudas para su adquisición) y la formación del profesorado en TICs para mejorar su destreza en la utilización de las plataformas corporativas y la utilización de metodologías digitales, informa Ical.
También se refería al impulso del aprendizaje colaborativo del alumnado y la ayuda para la adquisición de las competencias digitales y a la cobertura de una “robusta” plataforma de gestión educativa corporativa que permite una adecuada comunicación entre el profesorado, el alumnado y las familias, como es el Portal de Educación que ha permitido avanzar en la enseñanza virtual desde 2008.
El momento decisivo para conectar las aulas al ritmo de los nuevos tiempos
La pandemia ha sacudido, como a otros tantos ámbitos de la sociedad, a la Universidad española. Reinventada de urgencia en pocos meses ha expuesto el diagnóstico de los numerosos retos que tenía pendientes. Toda una lista de dolencias para las que los expertos llevan reclamando desde hace tiempo profundas reformas metodológicas, de gestión y gobernanza, ligadas a la necesidad de una mayor inversión. La futura LOSU (Ley Orgánica del Sistema Universitario) habla de agilizar la gestión de los campus, de digitalización de los centros y de recualificación de las plantillas… Mientras, la enseñanza superior sigue esperando su vacuna. Los expertos en el sistema nos hablan de sus posibles ingredientes.
En el estudio ‘Situación y retos de las universidades españolas ante la transformación digital’, elaborado por Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades Españolas (CCS) y la Red de Fundaciones Universidad-Empresa (Redfue), presentado hace menos de un año, se ponía de manifiesto que solo una de cada tres universidades españolas contaban con una estrategia de transformación digital y que de las 34 universidades que participaban en el estudio –poco antes de la pandemia– solo cinco consideraban la necesidad de reinventarse a pesar del escenario de pérdida de alumnos constante. Y puntualizaba que la crisis generada por el Covid ha puesto al descubierto la imperiosa necesidad de acometer este reto de manera inmediata.
Para el presidente de la CCS, Antonio Abril Abadín, «todo lo que pueda hacerse digitalmente tiene que poder hacerse digitalmente. Y, en el caso de que situaciones como estas se repitan, o la pandemia se agrave, no se puede perder ni una sola hora de clase, de investigación ni de transferencia de resultados a la sociedad». No obstante, reconoce el enorme esfuerzo que han hecho las universidades durante la pandemia a pesar de contar con medios muy limitados. Y con vistas al futuro tiene claro que «una Universidad cien por cien presencial ya no tiene sentido, como tampoco –salvo excepciones– cien por cien virtual. Tiene que haber un mix adecuado que tendrá que tener en cuenta las características de cada titulación».
20 de mayo de 2021
El Gobierno y las CCAA acuerdan volver a las ratios de antes del Covid: 25 alumnos por aula en Primaria, 30 en la ESO y 35 en Bachillerato
El Gobierno y las CCAA han acordado este jueves volver a fijar las ratios de alumnos por aula que había antes de la situación prepandémica, con un máximo de 25 alumnos en Infantil y Primaria, 30 en la ESO y 35 en Bachillerato. Ahora el límite estaba en 20 estudiantes en Infantil y en los dos primeros cursos de Primaria. Todos los sindicatos de profesores se oponen de forma unánime a esta subida y en las comunidades hay disparidad de planes para afrontar la vuelta a las aulas.
Las ministras de Educación y Sanidad, Isabel Celaá y Carolina Arias, se han reunido esta tarde en La Moncloa con los representantes autonómicos para cerrar las medidas de prevención e higiene contra el Covid-19 para el próximo curso. El encuentro, en el marco de la Conferencia Sectorial de Educación, se ha hecho esta vez con mucha más antelación que el curso pasado, cuando no se tomaron decisiones definitivas, después de muchos bandazos, hasta el último día de agosto. Entonces la situación epidemiológica era aún muy incierta, pero este año el Gobierno trabaja bajo la premisa de que para verano estará vacunado el 70% de la población. Por eso quiere volver en la medida de lo posible a la normalidad, aunque manteniendo ciertas precauciones.
Junto a la subida de ratios, la idea es que los alumnos sigan como este curso en grupos de convivencia estable o burbujas en Infantil y Primaria, aunque en 5º y 6º de esta etapa podrán sustituir estos grupos por una simple distancia de 1,2 metros, que es la que también tendrán que guardar en la ESO y Bachillerato, donde no hay burbujas.
La distancia de seguridad, que este año ha sido de 1,5 metros, se reduce a partir del próximo curso a 1,2 metrosen estos cursos para permitir que entren más alumnos por aula y lograr, por tanto, el máximo de presencialidad.
Después de elaborar cinco borradores, el documento con las medidas se ha dado por bueno «sin que las comunidades autónomas hayan puesto pegas», según las fuentes consultadas. No se ha producido ninguna votación, pero los consejeros han aceptado las medidas, aunque han defendido que cada una las irá aplicando «conforme a su situación». El consejero madrileño, Enrique Ossorio, ha intervenido durante la reunión para pedir a Celaá que aclare si las medidas del documento son «orientativas u obligatorias».
Las comunidades podrán volver al tamaño de las clases de antes de la pandemia
A petición de algunas comunidades, el Ministerio ha modificado en este nuevo documento lo referido a los topes o tamaño máximo de las clases en las distintas etapas educativas, permitiendo establecer los previstos en las respectivas normativas autonómicas. En el anterior borrador de trabajo se especificaba, por ejemplo, que en Infantil de 3 a 6 años se iban a formar grupo de convivencia estable (burbuja) de un máximo de 20 niños junto al tutor, y en Primaria de hasta 25 estudiantes. Ahora, el MEFP se remite a las ratios establecidas en la normativa aplicable en las comunidades autónomas, y lo mismo en el resto de los tramos de enseñanza.
En el documento, con fecha de 17 de mayo, se afirma que la organización del alumnado de Infantil será en grupos de convivencia estable, formados por un máximo acorde a las ratios establecidas en la normativa aplicable junto al tutor. Además, a estos niños se les permitirá la interacción entre grupos de un mismo curso sobre todo en actividades al aire libre (recreos, actividades deportivas, proyectos…).
En Primaria, de 1º a 4º, habrá también grupos burbuja, formados por un máximo acorde a las ratios fijadas en la normativa autonómica, mientras que en 5º y 6º la organización se podrá hacer como grupo estable manteniendo la distancia de 1,5 metros, con posibilidad de flexibilizar a 1,2 metros.
En Secundaria, Bachillerato y FP se deberán mantener una distancia interpersonal dentro del aula de 1,5 metros, pudiéndose rebajar a 1,2 metros, para garantizar la presencialidad; en ambos casos el tamaño de los grupos tendrá como máximo las ratios establecidas en la normativa aplicable, siempre según este borrador.
En relación con el uso de la mascarilla, su uso será obligatorio a partir de 6 años con independencia del mantenimiento de la distancia interpersonal o la pertenencia a un grupo de convivencia estable.
El consejero de Educación en funciones de Madrid, Enrique Ossorio, ha señalado cree que el documento que les ha adelantado el Ejecutivo es “razonable”, ya que Madrid comparte su opinión sobre la presencialidad. Entre las comunidades que ha pedido una menor distancia en el aula entre alumnos se encuentra la Región de Murcia, que aboga por que la separación entre mesas de estudiantes debe ser de un metro, la misma postura que Aragón. La menor distancia implica que quepan más alumnos en el aula y permite a las autonomías prescindir de los desdobles y profesores de refuerzo contratados a consecuencia de la pandemia, algo a lo que la comunidad educativa y sindicatos docentes ya se han opuesto.
Celaá acuerda con las autonomías volver a clases de hasta 25 alumnos en Primaria, 30 en Secundaria y 35 en Bachillerato
Si la pandemia evoluciona de manera favorable, como todo parece indicar, el próximo curso será presencial en todas las etapas. Los centros educativos podrán contar con el mismo número de alumnos por aula que en los momentos previos a la crisis sanitaria. Esto significa que podrán tener hasta 25 alumnos en Primaria, 30 en Secundaria y 35 en Bachillerato, que es el máximo legal permitido.
Por poner un ejemplo, en comunidades autónomas como Madrid, la ratio para los más pequeños durante la pandemia fue de 18 alumnos por clase, pero el próximo curso se podrá regresar a los 20 de Infantil y a los 23 de Primaria que había en los momentos previos a la covid-19. Reducir ratios en estos niveles supuso hacer un desembolso de 400 millones de euros y la habilitación de 7.500 aulas nuevas.
Ahora que se podrá volver a niveles prepandemia de alumnos por aula, ya no está tan claro que se puedan necesitar profesores de refuerzo. Por eso la ministra de Educación y FP, Isabel Celaá, ha pedido a las autonomías que «mantengan los mismos refuerzos humanos» el próximo curso, refiriéndose así a los cerca de 40.000 profesores que han sido contratados durante la pandemia. «Pudiendo acortar la distancia interpersonal no queremos prescindir de esos recursos adicionales, los necesitamos para medidas de refuerzo y codocencia y con ello abrimos un poderoso sendero de innovación educativa», sentenció tras la reunión de la Conferencia Sectorial de Educación.
La ministra apuntó que España tiene una tasa de repetición tres veces superior a la europea y «para prevenir el abandono es necesario reforzar». Recordó que los recursos transferidos a las autonomías «serán equivalentes a los del año pasado». Así que «serán las comunidades las que harán prevalecer la importancia de la educación». No obstante, apuntó que algunos consejeros le habían comunicado su determinación de seguir manteniendo los recursos, aunque no hay ninguna obligación legal de hacerlo.
Mientras, seguirán los «grupos burbuja» en Educación Infantil y en Primaria, aunque en esta última etapa se contempla hasta 4º curso. En quinto y sexto, podrán continuar manteniéndolas, pero no será obligatorio, como hasta ahora ocurría. Con guardar la distancia de 1,5 o incluso de 1,2 metros entre alumnos será suficiente, la distancia por la que se decantarán las autonomías, según dijeron en la reunión.
Docentes y centros públicos rechazan que se rebaje la distancia de seguridad entre alumnos porque aumentan las ratios
Sindicatos docentes, centros educativos y asociaciones de padres rechazan que la distancia de seguridad entre alumnos para el próximo curso escolar se rebaje de 1,5 a 1,2 metros porque, de este modo, aumentaría el número de alumnos por clase, es decir, las ratios.
La reducción del distanciamiento social es una de las medidas que se han acordado este miércoles en la reunión conjunta de la Conferencia Sectorial de Educación y la Interterritorial de Sanidad para abordar el dispositivo general del próximo curso escolar.
«El Ministerio de Educación y los responsables de las Comunidades Autónomas dan la espalda a los docentes al acordar un aumento del número de alumnos por clase el próximo curso, aprovechando la salida de la pandemia», critican desde CSIF, que piden que se mantenga la misma distancia del curso pasado (1,5 metros) porque «da más seguridad frente a la pandemia, permite reducir las ratios de alumnado por clase y un incremento del número de docentes». Además, este sindicato asegura que no conoce los criterios científicos que justifican la reducción de la distancia de seguridad.
También CCOO ha manifestado su «más absoluto desacuerdo» con la rebaja de las medidas acordadas hoy entre el Gobierno y las comunidades autónomas, como son «volver a ratios anteriores a la pandemia» y «disminuir la distancia de seguridad en las aulas de 1,5 a 1,2 metros».
Del mismo modo, UGT exige «mantener la distancia de seguridad que todos los expertos siguen estableciendo en 1,5 metros», ya que esta medida conllevaría a una bajada de ratios, «excesiva» en las propuestas del Gobierno, según el sindicato.
En este sentido, los sindicatos docentes piden un incremento en la contratación de profesores. Desde CSIF critican que, en los últimos diez años, las plantillas se vieron mermadas con 16.922 docentes debido a los «recortes»; para CCOO haría falta prorrogar las 35.312 contrataciones de este curso y aumentar el número de docentes en casi 30.000 de cara al siguiente para garantizar la educación presencial en todos los niveles; y UGT asegura que el refuerzo de las plantillas docentes debería ser de 70.000 docentes.
Las clases de colegios e institutos podrán volver a tener en septiembre tantos alumnos como antes de la pandemia
Las clases en colegios e institutos volverán a tener en septiembre más o menos el mismo número de alumnos que antes de la pandemia, según el acuerdo alcanzado este miércoles por la ministra de Educación, Isabel Celaá, y la de Sanidad, Carolina Darias, con los consejeros autonómicos de ambos ramos. Las comunidades han logrado, como habían pedido, permiso para meter a más estudiantes por aula, con el objetivo de garantizar la plena presencialidad en todas las etapas educativas y al mismo tiempo reducir costes.
La consecuencia previsible de la medida es la supresión de desdobles y la salida de buena parte de los 35.000 docentes (llegaron a ser 39.000 en el primer trimestre) que se han incorporado este curso al sistema educativo con motivo de la pandemia, a pesar de las peticiones de la comunidad educativa para consolidarlos y dar un salto en la calidad de la enseñanza. A esa petición se ha unido este miércoles la ministra Celaá tras la reunión con los consejeros en la sesión conjunta de la Conferencia Sectorial de Educación y el Consejo Interterritorial de Sanidad: “Las comunidades autónomas deben comprometerse y se están comprometiendo a que se mantengan al menos los recursos docentes de refuerzo con los que han venido contando este año. Tenemos que convertir la adversidad en oportunidad para acelerar la recuperación de un sistema educativo que se enfrentó a la pandemia tras años de recortes y debilitamiento”, ha declarado Celaá.
21 de mayo de 2021
Selectividad 2021: fechas de los exámenes de EBAU por comunidades
En menos de un mes, los alumnos de segundo de Bachillerato tendrán que enfrentarse a los exámenes de Selectividad para acceder a la universidad.
Las fechas de Selectividad difieren de una comunidad autónoma a otra. En cualquier caso, en todas habrá una primera convocatoria en el mes de junio y una segunda, o convocatoria extraordinaria, que tendrá lugar en junio, julio o septiembre.
FECHAS DE SELECTIVIDAD 2021
- Andalucía: Del 15 al 17 de junio (convocatoria ordinaria) y del 13 al 15 de julio (extraordinaria).
- Aragón: Del 8 al 10 de junio (convocatoria ordinaria) y del 5 al 7 de julio (extraordinaria).
- Asturias: Del 8 al 10 de junio (convocatoria ordinaria) y del 6 al 8 de julio (extraordinaria).
- Baleares: Del 8 al 10 de junio (convocatoria ordinaria) y del 6 al 8 de julio (extraordinaria).
- Canarias: Del 9 al 12 de junio (convocatoria ordinaria) y del 6 al 8 de julio (extraordinaria).
- Cantabria: Del 7 al 9 de junio (convocatoria ordinaria) y del 5 al 7 de julio (extraordinaria).
- Castilla y León: Del 9 al 11 de junio (convocatoria ordinaria) y del 7 al 9 de julio (extraordinaria).
- Castilla-La Mancha: Del 7 al 9 de junio (convocatoria ordinaria) y del 29 de junio al 1 de julio (extraordinaria).
- Cataluña: Del 8 al 11 de junio (convocatoria ordinaria) y del 7 al 9 de septiembre(extraordinaria).
- Comunidad de Madrid: Del 7 al 10 de junio (convocatoria ordinaria) y del 6 al 8 de julio (extraordinaria).
- Comunidad Valenciana: Del 8 al 10 de junio (convocatoria ordinaria) y del 6 al 8 de julio (extraordinaria).
- Extremadura: Del 8 al 10 de junio (convocatoria ordinaria) y del 6 al 8 de julio (extraordinaria).
- Galicia: Del 8 al 10 de junio (convocatoria ordinaria) y del 13 al 15 de julio (extraordinaria).
- La Rioja: Del 2 al 4 de junio (convocatoria ordinaria) y del 5 al 7 de julio (extraordinaria).
- Murcia: Del 1 al 3 de junio (convocatoria ordinaria) y del 30 de junio al 2 de julio (extraordinaria).
- Navarra: Del 2 al 4 de junio (convocatoria ordinaria) y del 23 al 25 de junio (extraordinaria).
- País Vasco: Del 8 al 10 de junio (convocatoria ordinaria) y del 6 al 8 de julio (extraordinaria).
- Ceuta: Del 15 al 17 de junio (convocatoria ordinaria) y del 13 al 15 de julio (extraordinaria).
- Melilla: Del 15 al 17 de junio (convocatoria ordinaria) y del 13 al 15 de julio (extraordinaria).
La Selectividad 2021 será presencial de manera obligatoria. Sin embargo, los estudiantes contagiados de Covid o aquellos con síntomas compatibles no podrán acceder a las pruebas.
Las ventanas de las aulas estarán abiertas para que haya ventilación cruzada y será obligatorio el uso de mascarillas y gel hidroalcohólico. Además, se deberá mantener la distancia de seguridad.
El Csif pide retrasar el inicio de curso para adaptar la docencia
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha pedido este jueves a la Conselleria de Educación en la Mesa Sectorial que el inicio del curso escolar 2021/2022 se produzca el lunes 13 de septiembre en lugar del miércoles 8 para adaptar la docencia de los centros educativos valencianos.
El sindicato ha advertido que el uso obligatorio de mascarillas elevará la sensación térmica, por lo que ha señalado la necesidad de adaptar los centros a las medidas y protocolos exigidos por el Ministerio, ha informado en un comunicado.
Ha planteado que esos cinco días de diferencia permitirían rebajar la intensidad del calor en los centros, “cuyo efecto se incrementará por el uso obligatorio de mascarillas, por la falta de aire acondicionado en la mayoría de aulas y por el incremento de alumnado con la disminución de la distancia de seguridad” que el Ministerio de Educación contempla.
Además, ha considerado necesario mejorar las infraestructuras y aplicar más medidas de prevención a través de la dotación de filtros HEPA y medidores de CO2 en las aulas, además comenzar con los cambios en los protocolos dictados.
Del mismo modo, ha recalcado que los cambios en los protocolos dictados por el Ministerio requerirán de un tiempo de implantación, por lo que urge a Conselleria a que comience lo antes posible.
También ha pedido que los denominados “Ámbitos” en educación secundaria resulten optativos en el primer ciclo, ya que han explicado que dicho cambio metodológico “siempre debe ser optativo y no obligatoria su utilización, como Conselleria impuso para primero de la ESO en el curso 20/21”.
En esta línea, ha defendido la necesidad de garantizar “las especialidades de los cuerpos docentes, la libertad de cátedra y la autonomía de los centros”, por lo que la adopción de los “Ámbitos” debe ser “una decisión de los diferentes departamentos del centro educativo, y así poner en valor la determinación de cada centro dentro de su autonomía real”.
España tendrá 800.000 alumnos menos en 2050, lo que permitiría doblar el gasto por alumno
Estas proyecciones vienen recogidas en el informe España 2050, presentado este jueves por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el que han participado un centenar de expertos con el objetivo de abrir una reflexión colectiva sobre los retos de futuro tras la pandemia.
En los capítulos dedicados a la Educación, el informe explica que dicha pérdida de 800.000 estudiantes equivale a 33.000 aulas de 24 alumnos menos que en 2019, lo que obligará a cerrar colegios, “sobre todo en la España rural, y a reducir el tamaño de otros muchos”. “No obstante, bien gestionada, también abrirá la puerta a una serie de mejoras profundas en el sistema como el hecho de poder duplicar su volumen de gasto por alumno en los niveles de Infantil, Primaria y ESO, pasando de los 4.880 euros actuales a unos 9.640 en 2050 (nivel actual de Dinamarca) sin apenas incrementar el gasto público”, señala el informe.
Además, las instalaciones que ya no sean necesarias se podrán reconvertir y destinar a otras modalidades formativas, como la Educación Infantil de 0 a 3 años o la recualificacion de adultos, cuya demanda “crecerá en el futuro”, indica.
El informe aboga asimismo por consensuar, mediante el diálogo social, un cuadro de indicadores cuantificables y una lista de objetivos concretos que permitan monitorear los avances y orientar las reformas necesarias para “conquistar la vanguardia educativa”, señala pomposamente. Entre ellos menciona los siguientes:
- Reducir el porcentaje del alumnado que, con 15 años, ha repetido al menos una vez, pasando del 29% actual al 5% antes de mediados de siglo.
- Disminuir la tasa de abandono escolar desde el 17% actual hasta el 3% antes de 2050.
- Conseguir que el 93% de la población entre 25 y 34 años tenga una educación superior a la ESO antes de 2050, frente al 70% actual. En aras de alcanzar este objetivo, el periodo entre 16 y 18 años habrá de considerarse etapa formativa.
- Incrementar progresivamente el gasto público en educación hasta cotas del 5,5% del PIB a mediados de siglo. MAGISTERIO
España podrá alcanzar el gasto por estudiante de Dinamarca en 2050, cuando el país habrá perdido casi un millón de alumnos
El educativo es el mayor desafío hasta 2050. Así lo ha asegurado este jueves el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la presentación del informe España 2050, en el que diferentes expertos han dibujado los retos que el país debe afrontar para estar a la altura de sus socios europeos. Dentro del capítulo educativo, lo más significativo es cómo afrontará España la pérdida de 800.000 estudiantes (desde los tres hasta los 15 años) en los próximos 30 años, una “gran oportunidad”, según Sánchez, para alcanzar el gasto por alumno de países como Dinamarca sin necesidad de incrementar demasiado el gasto público actual.
Según la previsión de los expertos, entre los que se encuentran el sociólogo Mariano Fernández Enguita, el experto del Banco Mundial Lucas Gortázar o la pedagoga Carmen Pellicer, esa pérdida equivaldrá a unas 33.000 aulas, de 24 alumnos, menos que en 2019. Esa “fuerte contracción” de la población estudiantil, que obligará a cerrar colegios, sobre todo en las zonas rurales, y a reducir el tamaño de muchos centros, también traerá “mejoras profundas del sistema” como el incremento del gasto por alumno de los 4.880 euros actuales a unos 9.640 en 2050 (el nivel actual de Dinamarca) sin “apenas incrementar el gasto público”, señala el documento.
Además, el profesorado contratado permitirá impulsar la codocencia ―dos o más docentes por aula― o aumentar las clases de apoyo para los alumnos con problemas de aprendizaje. Los centros que se vean forzados al cierre se podrán destinar a aulas de educación infantil de cero a tres años o a la formación de adultos.
La falsa dicotomía entre papel y pantalla
Cuando la humanidad pudo desarrollar la escritura se produjo un cambio profundo en la mente humana. Hasta entonces, la posibilidad de almacenar conocimiento estaba limitada a la capacidad del cerebro humano más dotado, y la transmisión oral era la única vía de compartirlo y traspasarlo a otras generaciones. Durante un tiempo la gente solo sabía leer en voz alta. Leer en voz baja implicaba una capacidad de interiorización que se desarrolló con el tiempo. La mente humana se ha ido moldeando con cada uno de los avances técnicos. La imprenta supuso además una revolución social. La lectura lineal ha moldeado nuestras habilidades cognitivas, nuestra forma de aprehender el mundo y generar conocimiento. Internet permite ahora no solo almacenar y compartir grandes cantidades de información y conocimiento, sino interactuar a través de las pantallas. Permite engarzar cerebros en tiempo real. Y eso va a incidir en la forma en que las neuronas trabajan. El cerebro es de una plasticidad extraordinaria. Al comienzo de los juegos de consola el profesor Álvaro Pasqual Leone, profesor de la Universidad de Harvard, observó que los chicos que jugaban tenían mucho más desarrollada el área del cerebro que controla el movimiento de los dedos.
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